viernes, 10 de enero de 2014

*Reseña*: Los Hijos de Anansi, de Neil Gaiman.

Y así llegamos, como quién no quiere la cosa, a la primera reseña del año, y la primera reseña en general que escribo para el blog. Vayamos a ello.

Título: Los Hijos de Anansi (Anansi Boys).
Autor: Neil Gaiman. 
Editorial: Roca Editores. 
Año de publicación: 2005 (2006 en castellano). 
Género: Fantasía mitológica-urbana. 
Edición: Tapa dura.

Número de páginas: 379. 
Sinopsis: Gordo Charlie lleva una aburrida vida en Londres junto a su anodina prometida, Rosie, hasta que se entera de la muerte de su padre, el agradable señor que le puso el apodo del que no se ha podido despegar. Por supuesto, su progenitor se ha ido de este mundo de una manera tan poco convencional como todo lo que hacía: fulminado mientras cantaba en un karaoke. Y encima le ha dejado una muy especial "herencia": un desconocido alto y guapo que aparece en su puerta y que resulta ser el hermano que Charlie no sabía que tenía. Un hermano tan diferente del propio Charlie como la noche y el día, un hermano que le va a enseñar cómo relajarse y divertirse un poco tal y como hacía papaíto. De repente, la vida empieza a ser muy interesante para Gordo Charlie. Porque claro, su padre no era un padre cualquiera. Era Anansi, un dios embaucador, el dios araña. Un espíritu rebelde capaz de invertir el orden social, de crear riqueza de la nada y de mofarse del diablo. Incluso, hay quien afirma que podía engañar a la mismísima muerte...
Opinión: Ésta no era la primera vez que leía esta novela, sino la tercera ya, así que sabía ya con lo que me iba a encontrar. En este caso, es una interesante fantasía urbana llena a su vez de mitología de la mano de uno de los mejores escritores del género, Neil Gaiman, de quién soy fan acérrima desde hace la friolera de casi veinte años. En su día, cuando lo leí la primera vez, lo hice después de terminar American Gods, otra de sus novelas, que se supone que es una especie de primera parte de ésta que nos atañe ahora; pero en realidad no se trata exactamente de una segunda parte, así que se pueden leer independientemente con toda tranquilidad y sin perderse nada de nada de ninguna de ellas, porque lo único que comparten es un personaje -que además aquí es totalmente secundario y sale a penas en cuatro escenas del libro: Anansi, el dios araña africano, un Trickster al más puro estilo de otros como Coyote o Loki (para quién no lo sepa, el Trickster es un tipo de dios embaucador, bromista y en cierto modo del caos, aunque un caos creativo, lleno de humor y al que le suele apasionar el desorden social).





"Todas y cada una de las personas que han habitado, habitan o habitarán en este planeta tienen su propia canción. No es una canción escrita por otra persona. Es una canción con su propia melodía y su propia letra. Son pocos los que llegan a cantar su propia canción. La mayoría tememos que nuestra voz no le haga justicia, o que muestras palabras sean demasiado tontas, o demasiado honestas, o demasiado raras. Así que la gente acaba viviendo las canciones de los demás en lugar de cantar la suya propia."

En "Los Hijos de Anansi", como su título indica, seguimos a los hijos de Anansi: Gordo Charlie y Araña, en una historia en la que acaban haciendo grandes descubrimientos y viviendo extraños acontecimientos que los llevarán a un final bastante inesperado para ellos teniendo en cuenta cómo eran sus vidas en un principio. La sinopsis, la verdad, engaña un poco sobre la realidad del libro, porque en realidad más bien Gordo Charlie se ve arrastrado por una serie de sucesos que en un principio no puede controlar y que son desatados por su hermano Araña, también un poco sin querer, porque él es así y solo intenta ayudar y conocer a su hermano. Gordo Charlie acaba hasta las narices de él y hace algo de lo que más luego se arrepentirá para lograr librarse de él... claro que si queréis saber qué sucede y cómo es mejor que os leáis el libro. Es muy divertido en algunas partes, en otras es fantástico y asombroso, y en otras es oscuro y siniestro, dando lugar a una maravilla de obra en su conjunto final, aunque la primera mitad es un poco peor que la segunda.


"El mundo es un pañuelo. No hace falta haber vivido mucho tiempo en él para darse cuenta. Hay una teoría según la cual, en todo el mundo, no existen, de verdad, más que quinientas personas (el reparto, por así decirlo; todos los demás, según esta teoría, no son más que meros extras) y, lo que es más, todos se conocen entre sí. Y es verdad, por lo menos hasta cierto punto. En realidad, el mundo se compone de miles y miles de grupos de unas quinientas personas cada uno, y todos ellos se pasan la vida tropezándose los unos con los otros, o tratando de evitarse unos a otros, y, tarde o temprano, se encuentran comprando té en una pequeña y recoleta tienda en Vancouver. Sucede de forma inevitable. No son meras coincidencias. Simple y llanamente, el mundo funciona así, sin hacer distinción entre individuos o propiedades."

Los personajes de esta historia son un poco como el Doctor Jekyll y Mister Hyde, un par de hermanos totalmente opuestos: Gordo Charlie, apocado, tímido, antes fue gordo aunque ahora ya no lo está tanto, pero todo el mundo sigue llamándole así porque él no es alguien con demasiada personalidad en un principio y deja que esas cosas pasen... Y Araña, su hermano alto, guapo, carismático, al que todos quieren y las mujeres adoran, un truhán conquistador y parlanchín... Ambos evolucionan muchísimo a lo largo de la historia (aunque he de decir que no me termina de convencer la evolución final, la veo algo forzada), en parte también gracias a las mujeres de la historia: Rosie, la novia de Gordo Charlie, un poco sosa y a la que le gusta llevarle la contraria a su madre; y Daisy, una policía con mucha personalidad e ideas muy propias, a la que Araña y Gordo Charlie conocen una noche de juerga por ahí. 
También está el odioso Grahame Coats, jefe de Charlie, un personaje realmente insoportable; Maeve Livingstone, una clienta de la empresa en la que trabaja Charlie y que se verá metida en la historia a golpe de martillo; cuatro viejas vecinas muy sorprendentes de los Nancy (Anansi se hace llamar señor A. Nancy, que viene a sonar igual en inglés que su nombre auténtico); la Mujer Pájaro a la que Charlie acude para librarse de Araña, y el Tigre, aquel que antes poseía los cuentos pero al que Anansi se los robó hará unos diez o quince mil años...

En definitiva, es una lectura que recomiendo a todo el mundo aunque tenga mis pegas con esa primera parte y esos cambios finales de los protagonistas, porque es entretenida, divertida, asombrosa, siniestra y genial - a mi parecer, como todo lo que hace Neil Gaiman. 

Mi puntuación: 4 de 5 Espejitos.


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